El Carro Nuevo De David

Desarrollo:
A propósito del título de nuestro mensaje, hemos de observar muy detenidamente por qué debemos atender los reglamentos que Dios ha establecido, para qué, obedeciéndolos, nos vaya bien y él nos bendiga. El estar atentos nos incumbe (nos interesa; nos conviene), sobre todo, en cuanto a esas disposiciones ordenadas sabiamente por el Señor. Requiere de nosotros ser diligentes en todo lo concerniente a estas enseñanzas, en donde sacaremos el mayor provecho, puesto que fueron escritas para nuestra enseñanza («Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia, Para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruído para toda buena obra»… 2 Timoteo 3: 16-17 [reflexione también en Salmos 119:130, Isaías 55:11]), para aprender a temer a Dios y amar Sus mandamientos.

El título de nuestro mensaje, El carro nuevo de David, concierne a una historia muy apropiada para prestarle la debida atención que se merece, puesto que tenemos la tendencia de hacer cosas que creemos que son correctas delante de nuestros ojos, empero de un modo equivocado, incorrecto: porque la Biblia contiene secretos que son revelados por el Espíritu Santo. Respecto de estas cosas, cuando acontecen o están próximas a acontecer, es muy conveniente prestarles atención, a fin de no tropezar en la Palabra por motivos de negligencia u orgullo, lo cual nos puede precipitar hacia una de las reprensiones que, de ser “avisados” y siendo precavidos, ciertamente debemos evitar, con el fin de cuidarnos de hacer todo de manera eficiente y sin estorbo de culpa.
Ahora bien, por qué decimos «cuidarnos»… porque la tendencia de nuestro comportamiento cristiano nos hace contextualizar las cosas con un aire de “sabelotodo”. Por este andar, así  de esa manera, muchos han sido traspasados de muchos dolores (veamos 1 Corintios 11:31-32… «Que si nos examinásemos á nosotros mismos, cierto no seríamos juzgados. Mas siendo juzgados, somos castigados del Señor, para que no seamos condenados con el mundo»)

Y es así, puesto que debemos ciertamente mirar por cada uno: por nuestras familias, amigos, compañeros, vecinos, y por nuestros hermanos y hermanas en Cristo, que el descuido en observar y hacer las cosas de manera correcta en todo lo que es materia de aplicación espiritual nos priva de ofrecer hermosas bendiciones. ¡Por qué desaprovecharlas!

En 2 Samuel 5:1, 4-5, leemos… «Y VINIERON todas las tribus de Israel á David en Hebrón, y hablaron, diciendo: He aquí nosotros somos tus huesos y tú carne…Era David de treinta años cuando comenzó á reinar, y reinó cuarenta años. En Hebrón reinó sobre Judá siete años y seis meses: y en Jerusalem reinó treinta y tres años sobre todo Israel y Judá».

Esta historia tiene mucha tela para cortar, ya que de ella pueden elaborarse mensajes en los cuales se pueden aprender interesantes lecciones para nuestro Andar Cristiano.

Curso de acción:
Sin saber cabalmente, o sí, el rey David y su pueblo nos ofrecen una historia cuya principal característica destaca el fuerte lazo de amistad y hermandad que, con respeto y amor, tenían entre ellos. Ellos, hombres y mujeres y sus niños, venían a David como a alguien más que un rey o líder. Lo amaban de todo corazón: porque David supo que honrando a Dios y a Sus mandamientos se le facilitaría el camino para llevar a Israel a una entera devoción hacia Dios, atendiendo las enseñanzas de las Escrituras y obedeciéndolas; y el pueblo lo sabía. ¡¿Qué mejor reflejo de ello... no sería acaso traer el arca a Jerusalén (1:5; 7:2), que se hallaba desde hacía 20 años en la casa de Abinadab, para restituirla como el símbolo nacional de unidad de todo Israel?! ¡Y qué mejor ante los ojos de ellos, que David la trajese en calidad de rey, y percibieran (los israelitas) su dignidad en todo, por cuanto amaba a Dios!... De esta manera su alegría se haría manifiesta al evidenciar cómo reconocería el pueblo la gloria del Dios.

Fin de primera parte…Continuará.

Devocional elaborado y escrito por el pastor Ricardo Iribarrhen

(Biblia consultada: Reina Valera 1909  - Versículos en forma textual)