La Apostasía De Los Escogidos

  No. No debemos permitir que LA OBRA DE LA GRACIA RESULTE VANA. El apóstol Pablo escribe en 2 corintios 6.14-18: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque,  ¿qué compañerismo tiene la (Romanos 10.10) justicia [de Dios] con la injusticia [de los hombres]? ¿Y qué comunión la luz [Cristo] (Juan 12.46) con las tinieblas (Efesios 5.8)? ¿Y qué concordia [acuerdo puede existir entre] Cristo con Belial [el pecado, Satanás y sus religiones]? ¿Y qué acuerdo [concordia] entre el templo de Dios [la Iglesia de Cristo] y los ídolos [la apostasía y los apóstatas]”?

Rochedieu, en su Comentario Práctico "Epístolas de Pablo", pág. 115, explica este texto: «todo infiel o incrédulo es un idólatra. Quien no sirve al verdadero Dios está bajo la servidumbre de alguna falsa divinidad; y las más de las veces de su propio yo, el cual es el eterno rival del Dios viviente y verdadero. Síntoma humillante y doloroso (o la causa que provoca gran dolor): casi en nada nos afecta esa sublime condescendencia y poco nos conmueven esas admirables promesas; nos parece casi tan natural que el Dios santo no se avergüence de relacionarse con pecadores y llamarse Dios de ellos, adoptándolos como hijos e hijas.
Versículo 16b: “porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré en ellos; y seré el Dios de ellos, y ellos serán mi pueblo”…
Versículo 17-18: “Por lo cual Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, Y seré á vosotros Padre, Y vosotros me seréis á mí hijos é hijas, dice el Señor Todopoderoso” (2 Corintios 6.14-18 — RV 1909)».
 
Continúa explicando Rochedieu, ahora este versículo 18: “… Y seré á vosotros Padre, y vosotros me seréis á mí hijos é hijas, dice el Señor Todopoderoso”. «Es porque somos hombres de poca fe y no reflexionamos en lo que nuestra actitud descontrolada tiene de ofensivo para el gran corazón del Dios de amor».

Leemos en Gálatas 6. 1 (utilizo RV 1909): “HERMANOS, si alguno fuere tomado (o sorprendido - RV 1960) en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restaurad al tal con el espíritu de mansedumbre; considerándote á ti mismo, porque tú no seas también tentado (a apostatar)”.

B) Volviendo a nuestras citas bíblicas del comienzo de este estudio, “La adoración cambiada”, veamos nuevamente los textos en 1 reyes 14.21-28, donde refiere la apostasía de Judá bajo Roboam: “Y Roboam hijo de Salomón reinó en Judá. De cuarenta y un años era Roboam cuando comenzó á reinar, y diecisiete años reinó en Jerusalem, ciudad que Jehová eligió de todas las tribus de Israel para poner allí su nombre. El nombre de su madre fue Naama, Ammo. Y Judá hizo lo malo en los ojos de Jehová, y enojáronle más que todo lo que sus padres habían hecho en sus pecados que cometieron. Porque ellos también se edificaron altos, estatuas, y bosques, en todo collado alto, y debajo de todo árbol frondoso: Y hubo también sodomitas en la tierra, é hicieron conforme á todas las abominaciones de las gentes que Jehová había echado delante de los hijos de Israel. Al quinto año del rey Roboam subió Sisac rey de Egipto contra Jerusalem. Y tomó los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa real, y saqueólo todo: llevóse también todos los escudos de oro que Salomón había hecho. Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de metal, y diólos en manos de los capitanes de los de la guardia, quienes custodiaban la puerta de la casa real. Y cuando el rey entraba en la casa de Jehová, los de la guardia los llevaban; y poníanlos después en la cámara de los de la guardia”.
   
Leemos también en cuanto a la Apostasía de Roboam, en 2 Crónicas 12.1, 14 (RV 1909: "Y COMO Roboam hubo confirmado el reino, dejó la ley de Jehová, y con él todo Israel… E hizo lo malo, porque no apercibió su corazón para buscar á Jehová". Que estas palabras se nos graben bien dentro de nuestro corazón. No nos habituemos a las costumbres paganas diseminadas a nuestro alrededor. Usemos de la sabiduría para apartarnos del mal. No olvidemos la exhortación en 2 Corintios 6.14-18: “No os juntéis en yugo con los infieles: porque ¿qué compañía tienes la justicia con la injusticia?  ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el fiel con el infiel?¿Y qué concierto el templo de Dios con los ídolos? porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré en ellos; y seré el Dios de ellos, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, Y seré a vosotros Padre, Y vosotros me seréis a mí hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso”.

Busquemos el reino de Dios y su justicia. No hagamos amistad con apóstatas ni participemos de su apostasía. Oremos al Señor para que él nos siga conduciendo por la senda de la enseñanza a fin de comprender  su doctrina y, de conformidad en obediencia, aplicarla en nuestro Andar del Cristiano de manera ordenada y correcta, adorando en espíritu y en verdad. Seamos honestos con quien nos redimió de la maldición de la Ley, salvándonos de la ira de Dios; y que por la cual ley, merecíamos  —sin Cristo— ser enviados al infierno sin pasaje de retorno.

Hermanos, consideremos estas cosas, que es la única manera de agradar al Dios verdadero. Si les invitan a participar de su apostasía, recuerden una cita bíblica en 3 Juan 11: “Amado, no sigas lo que es malo, sino lo que es bueno. El que hace bien es de Dios: mas el que hace mal, no ha visto á Dios”.

Dios los bendiga ricamente. Pastor, Ricardo Iribarren