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Yo Honro a Los Que Me Honran - Apostasía En El Tiempo Final (Parte 3)

Yo Honro a Los Que Me Honran - Apostasía En El Tiempo Final (Parte 3)

Apostasía en el Tiempo Final — antes de la 2da. venida de Cristo.
Sub-Tema: ¿Adoramos cómo adoradores correctamente?

Textos de la Sagrada Biblia: Josué 22.1-24; Epístola a los Hebreos 12.25-29
  ¿Adoramos cómo Adoradores correctamente?  Esta es una pregunta que a la mayoría de los cristianos les agrada contestar categóricamente con un «Sí». ¿A usted que le parece?
  El compromiso de ser un seguidor de Jesucristo, el Hijo Unigénito del Padre, y por ende creyente en él — quién murió en la cruz derramando su Sangre preciosa para limpiar nuestras almas de toda culpa, delitos y pecados; y quién por medio de la tan sublime Sangre nos ha concedido la vida eterna (cuando nos arrepentimos y prometimos adherirnos a sus enseñanzas y aplicarlas como el modelo de vida que agrada a Dios, apartándonos de todo lo que es malicioso, vergonzante y sucio que pueda abrigar nuestra mente; y asimismo de los vicios que practicamos en nuestro cuerpo, ya que nuestra fe se apoya íntegramente  en las misericordias de Dios, es decir, nuestras miserias "miseri"- de vida se apoyan en la "cordia"- Su corazón [ver mensaje “Corazones” ] —, nos coloca en la posición de ser Sus auténticos adoradores. Pero ¿es esto así? ¿Es esto siempre así? Como mencioné al principio, el compromiso que asumimos en cuanto a la calidad de creyentes fieles no parece demostrar que haya diferencias. No obstante, estas diferencias son importantes. A veces las relativizamos tanto que, sin advertencia, no nos percataríamos de su proximidad.
  Juan 4.24 (Leemos: "Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.") es el auténtico referente escritural en la Biblia concerniente a lo que encontramos cuando el Señor Jesús afrontó su conversación con la mujer samaritana (véase Juan 4.7-30), a saber, que los "adoradores deberían adorar al Padre de él y nuestro en espíritu y verdad". Es maravilloso como él (Jesús) simplificó todo para nosotros.
  La condición radica en que los Adoradores deben someterse a los principios divinos y dejar de andar atrás de especulaciones humanas materialistas, las cuales no tienen base ni aprobación divina.
 Jesús le dijo a Nicodemo: "… De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu (no has encontrado; no has hallado), no puede entrar (como auténtico y verdadero adorador) en el reino de Dios." (Juan 3.5). El que no naciere (Nicodemo o cualquiera de nosotros) de agua (nacer por la Palabra de Dios — el Evangelio de Jesucristo) y de Espíritu (El Espíritu Santo regenera, tiene poder para cambiar la mente, el corazón; hace que el amor sea una acción correcta; estabiliza, pone paz, enaltece los sentidos, elimina los temores, consuela, y mucho más) no podría, no tendría ninguna chance u oportunidad de ser aceptado por el Espíritu Santo en el reino de Dios, por más que se esfuerce mucho o haga muchas “buenas” obras. Debemos ser regenerados por el nuevo nacimiento. La condición de Nicodemo (Maestro de la ley) era de: ¡perdido!, es decir, estaba de camino al infierno. En Juan 3.18 b leemos "… mas el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios. "


  Dios es el que estableció las normas para acceder a su reino. Normas estas que debemos seguirlas, aun teniendo un testimonio personal intachable, pleno de buenas acciones y obras. Pues sepas lo que dice el profeta Isaías: "Mas los rebeldes y pecadores á una serán quebrantados, y los que dejan á Jehová serán consumidos." (Isaías 1.28) —  les recomiendo leer todo el capítulo 1 de Isaías. Y si tal vez allí alguno se encuentra identificado, ¡corra a prisa!... ¡Escape por su vida que está bajo juicio de cobro inmediato; y humillándose ante él, arrepiéntase con todo su corazón! ¿Por qué le advierto esto? Dios ve su condición personal. Y ve que "Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa ilesa, sino herida, hinchazón y podrida llaga: no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite." (Isaías 1.6). Es por ello que le sugiero que haga URGENTE confesión ante él, de su error por seguir una religión cristiana falsa, u otras religiones o filosofías huecas inventadas por el hombre pecador. En consecuencia, busque su justicia. No ponga dilación, ¡su asunto personal con Dios debe solucionarse de forma inmediata! De esa forma, los versículos de Juan 1.12-13 serán ciertísimamente asequibles en usted. Los leemos "Mas á todos los que le recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, á los que creen en su nombre: Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, mas de Dios." Estos dos versículos  se unen a su vez a la declaración de Romanos 10.8-11. Leemos "Mas ¿qué dice? Cercana está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe, la cual predicamos: Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos (resucitó), serás salvo.  Porque con el corazón se cree para justicia; mas con la boca se hace confesión para salud. Porque la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado."
¿Ven qué sencillo es? No es necesario realizar caminatas a santuarios de falsas vírgenes, de falsos santos o de falsos cristos; ni pedir o hacer súplicas a imágenes que representan a supuestos santos y santas — los que en su gran mayoría estarán esperando el juicio final en el infierno —; ni enrolarse en violentas ideas de las llamadas "igualdad de infieles", ni en el ejercicio de ellas: pues todas ellas son juzgadas por Dios, no importa el entorno cotidiano en que se vive y se lo proclama.
Es el Dios verdadero quién nos propone el encuentro con él. Ningún ser humano puede de manera alguna tratar de ignorarle, porque él se dejó testimonio de sí mismo. El Salmo 93.5 dice "Tus testimonios son muy firmes: La santidad conviene á tu casa, Oh Jehová, por los siglos y para siempre." Y en el Salmo 19.7 leemos "La ley de Jehová es perfecta, que vuelve el alma: El testimonio de Jehová, fiel, que hace sabio al pequeño." En el Nuevo Testamento, en 1 Juan 5.9 afirma: "Si recibimos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es mayor; porque éste es el testimonio de Dios, que ha testificado de su Hijo."

Dios te bendiga. Pastor, Ricardo Iribarren.

(Todas las citas bíblicas fueron extraídas -en forma textual- de la versión RV 1909)

Modificado por última vez enLunes, 26 Abril 2021 20:21

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