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¿Cuál Es El Camino Que Lleva Verdaderamente a La Vida Eterna?

¿Cuál Es El Camino Que Lleva Verdaderamente a La Vida Eterna?

Primera parte


     Hoy en día podemos encontrar a gran cantidad de cristianos caminando por diferentes sendas, las cuales —suponen— todas ellas conducen al cielo. Ellos no se dan la debida cuenta de que ese “deambulante” andar es sumamente peligroso, debido a los obstáculos que frecuentemente se presentan, los cuales van obstaculizando su andar diario en su relación con Dios. De esta manera, dañan su relación personal con Él y también con los creyentes (ese «andar diario» involucra áreas como la emocional, espiritual, psíquica y de relación).


       En el libro del profeta Jeremías, en el capítulo 6, versículo 16, dice: "Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos". ¡Qué obstinación de Israel! ¡El profeta quedó consternado! Sin embargo, las Escrituras nos ofrecen este texto sumamente revelador que hemos leído. ¡Exquisitez magnifica la preocupación del Señor por nosotros, sus discípulos! Es lo mismo que nos dijo el Señor Jesús: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14: 6).  En Juan 5:40, donde está escrito: "Y no queréis venir a mí, para que tengáis vida", denunciaba Jesús a los israelitas religiosos de su tiempo, ya que ellos habían establecido tres caminos para andar en su religiosidad. No habían establecido el camino del Dios amoroso, quien les reclama en Jeremías 18.15: "Porque mi pueblo me ha olvidado, incensando a la vanidad, y hácenles tropezar en sus caminos, en las sendas antiguas, para que caminen por sendas, por camino no hollado". Esto indica el previo conocimiento de Dios por parte de los israelitas, en tanto que Dios era desconocido para los gentiles. El olvido de Dios por parte de los judíos provino, por consiguiente, de su obstinada perversidad. Sus falsos profetas y sus sacerdotes idólatras (apostatas) les hicieron tropezar de cara contra las sendas antiguas que sus piadosos antepasados siguieron. Los israelitas no tenían ningún precedente (testimonio o ejemplo) de los primeros santos que los indujera a inventar por sí mismos un nuevo culto; el cual culto falso ideado ellos continuaron delineando hasta los días de la primera venida del Mesías Salvador, en donde aparecen los fariseos, los intérpretes de la ley, los saduceos.
      Dios habló a los israelitas por medio de los profetas; pero aquellos no escucharon las advertencias provenientes de Dios: como consecuencia, los persiguieron, e incluso a algunos los mataron… Y posteriormente habló por medio de su Hijo Jesucristo, a quien resistieron y finalmente le mataron. Hoy les queda las Escrituras. En su misericordia, Dios todavía ofrece la oportunidad de cambio. Si la rechazaren se les imputará lo escrito en Juan 3:18b-c “...El que en él cree, no es condenado; mas el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios”.


 
     Hay una figura que ilustra brevemente esto: de los viajeros que se sorprenden por haber abordado un transporte que los condujo a un destino equivocado; y finalmente, en la terminal o parador de una ciudad o pueblo, lejos de su destino, averiguan diligentemente en la ventanilla de informes, a fin de que allí se les brinde la información precisa para retornar y emprender de modo óptimo el camino por el cual debían haberlo hecho, y llegar así al destino correcto; entendiendo ahora que del camino correcto se desorientaron y extraviaron.

      Dios dice: “Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él”. Hoy, en esta edad de la gracia de Dios, no se han detenido a observar por cuál camino —de lo que llaman el Evangelio completo— están andando alejados de la verdad; y lo que es para mayor mal, con el propósito de establecer un nuevo culto a Dios (lea, por favor, Josué 22:11-18), llevan a cabo enseñanzas sofisticadamente distorsionadas. ¡Qué inútil y ciego se puede volver el adorador, que puede en su ceguera inventar falsificaciones de un Evangelio tan admirable, para así aceptarlo tan fácilmente y plegarse al mismo! Hay una explicación para ello:
     Y esta dice que el Evangelio de Cristo no salva al hombre sino humillándolo (postrándolo), mientras que el corazón no regenerado quiere salvar siquiera su dignidad, es decir, su orgullo.

     Jesús doctrinó que el camino de la vida es uno y… "pocos son los que lo hallan" (Mateo 7: 14). Mantenerse en este camino  de santidad cuesta esfuerzo; demanda firmeza, tesón y voluntad férrea. Esto se consigue cuando se ha dispuesto someterse totalmente a la voluntad de Dios.


     Hay quienes creen que sus prácticas "evangélicas" valen como un substituto de la santidad; y esto es la dificultad que enfrentan. Las Escrituras dicen en 1 Tesalonicenses 4: 1-7: “RESTA pues, hermanos, que os roguemos y exhortemos en el Señor Jesús, que de la manera que fuisteis enseñados de nosotros de cómo os conviene andar, y agradar a Dios, así vayáis creciendo. Porque ya sabéis qué mandamientos os dimos por el Señor Jesús. Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación: que os apartéis de fornicación Que cada uno de vosotros sepa tener su vaso en santificación y honor; No con afecto de concupiscencia, como los Gentiles que no conocen a Dios: Que ninguno oprima, ni engañe en nada a su hermano: porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y protestado. Porque no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación”. Entonces,  ¿qué cosas encierra ese estado al que la Palabra de Dios llama inmundicia?... He aquí: adulterio, idolatría, lascivia, lujuria, avaricia, envidias, robar, asesinar, y toda cosa equivalente [Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; la fe de los cuales imitad, considerando cuál haya sido el éxito de su conducta. Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. No seáis llevados de acá para allá por doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón en la gracia, no en viandas, que nunca aprovecharon a los que anduvieron en ellas. Tenemos un altar, del cual no tienen facultad de comer los que sirven al tabernáculo. Porque los cuerpos de aquellos animales, la sangre de los cuales es metida por el pecado en el santuario por el pontífice, son quemados fuera del real. Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo por su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Salgamos pues a él fuera del real, llevando su vituperio. Porque no tenemos aquí ciudad permanente, mas buscamos la por venir. Así que, ofrezcamos por medio de él a Dios siempre sacrificio de alabanza, es a saber, fruto de labios que confiesen a su nombre. Y de hacer bien y de la comunicación no os olvidéis: porque de tales sacrificios se agrada Dios. Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos" — Hebreos 13: 7, 17a]. No obstante, la realidad nos muestra otra cosa. Hay creyentes que viven en fornicación. ¡Arrepiéntete! ¡Pide perdón a Dios! Hay creyentes que se divorciaron y se volvieron a casar. ¡Arrepiéntete! ¡Pide perdón a Dios, y a tu familia, por lo que has hecho! Hay creyentes que se separaron de sus cónyuges y viven en fornicación. ¡Arrepiéntete! ¡Pide perdón a Dios y repara, con Su gracia, esta situación! Hay creyentes volcados a la avaricia. ¡Arrepiéntete! ¡Porque los avaros pierden toda posibilidad de herencia con Cristo! Hay creyentes que viven embarrándose en los placeres a la carne y en orgías. ¡Arrepiéntete! ¡Deja de embarrarte en estas inmundicias! ¡Pide perdón a Dios! Hay creyentes mentirosos. ¡Arrepiéntete! ¡Repara todo el daño que hayas hecho con tus mentiras, o con las cuales te enriqueciste ilícitamente! ¡Pide perdón a Dios! Hay creyentes que roban en su declaración de impuestos. ¡Arrepiéntete! ¡Pide perdón a Dios! ¡Probablemente seas reprendido por (el) Cesar y castigado! Hay creyentes que le roban a Dios. ¡Arrepiéntete! ¡Pídele perdón a Dios y paga lo que has robado! Él tiene misericordia. Hay creyentes idólatras. ¡Arrepiéntete! ¡Deja esos dioses, cuales quieran que sean, y pide perdón a Dios! Hay creyentes que les agrada andar en borracheras, inculpando de ello —poniendo como excusa— a estados de melancolía, problemas y otros “rebusques” tales con argumentos vacíos. Debes saber que la bebida te irá esclavizando a sus deseos y te volverá un inútil o una inútil. La borrachera no es una enfermedad. La borrachera, dice Dios, es PECADO. Debes tomar valor, por medio de Cristo, y en Él, y enfrentar aquellas cosas que te agobian (“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” — Filipenses 4: 13). Hay creyentes que se «muerden» unos a otros, y a sí mismos, henchidos de celos y envidias. ¡Arrepiéntete! Pídele a Dios te de las fuerzas para contenerte, y arregla los trastornos (algunos realmente graves) que has provocado. Debes ser valiente y no cobarde (reflexiona: “Y dio orden a Josué hijo de Nun, y dijo: Esfuérzate y anímate, que tú meterás los hijos de Israel en la tierra que les juré, y yo seré contigo” — Deuteronomio 31: 23). No obstante, hay creyentes a quienes les place crear contiendas con sus prójimos, sea por celo o envidia. ¡Arrepiéntete! ¡Pide perdón a Dios! ¡Deja ya de usar esa herramienta del diablo para tus fines egoístas! Hay creyentes (¿son en verdad creyentes en Jesucristo?) que se dan a la práctica de herejías. ¡Arrepiéntete! ¡Pídele perdón a Dios! No querrás ir al lago de fuego con el diablo y sus demonios. Asimismo, los que se envuelven en otras prácticas contrarias a la voluntad del Espíritu, éstos no heredarán el reino de Dios. Miqueas 3:11 dice: “Sus cabezas (ancianos) juzgan por cohecho, y sus sacerdotes (pastores) enseñan por precio, y sus profetas (evangelistas; maestros) adivinan por dinero; y apóyanse en Jehová diciendo: ¿no está Jehová entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros”. Estos se habían extraviado. Creían que Dios apoyaba su proceder.


Fin de la primera parte…

Dios les bendiga a todos ustedes muy ricamente. Pastor Ricardo Iribarren.

Devocional elaborado y escrito por el pastor Ricardo Iribarren

—Biblia consultada: Sagradas Escrituras (1569)  - Versículos en forma textual—

Modificado por última vez enViernes, 23 Febrero 2024 15:11

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