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La Justificación Por La Gracia

Romanos 5:1 «Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo»

(Lectura recomendada Hebreos 10: 11 a 18). «Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados;
pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,
de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies;
porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.
Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho:
Este es el pacto que haré con ellos
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones,
Y en sus mentes las escribiré,
añade:
    Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.
Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado. »
Dios exigió el pago por medio de Cristo por los pecados de todo su pueblo, a saber, de aquellos llamados y escogidos por él. Siendo que los que quisieran oír, aceptaron su ofrecimiento de misericordia y perdón (Isaías 55: 3… «Inclinad vuestros oídos [no con nuestras obras. No compramos con nuestras obras la salvación ni el perdón], y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David…»)
Es decir, los que formamos el Cuerpo de Cristo en la tierra: la iglesia (Levítico 20:26… «Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos, para que seáis míos».)
Cristo aceptó ofrecer el pago exigido por la suma adeudada de redención, ya que ofreció tomar lo exigido en Levítico; puesto que redención, en cuanto a su comprensión correcta, significa “rescate mediante pago de algo” - Levítico 17:11… «Porque la vida de la carne en la sangre está: y yo os la he dado para expiar vuestras personas (almas) sobre el altar: por lo cual la misma sangre expiará la persona».
Concluimos, entonces, que el valor de la VIDA es la medida del valor de la SANGRE.
Esto da a la sangre de Cristo un valor INAPRECIABLE. El Dios hombre dio su vida por medio de su sangre, que fue derramada…
De ahí se desprende, a modo de aserción a este artículo, la prohibición de comer “vida”, o sea, sangre; porque Dios lo prohibió tácitamente Levítico 17: 11- 12 y 14 «Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.
Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que mora entre vosotros comerá sangre... ...Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado.» y Hechos 15: 13-20 28-30 «Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme.
Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre.
Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
Después de esto volveré
Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído;
Y repararé sus ruinas,
Y lo volveré a levantar,
Para que el resto de los hombres busque al Señor,
Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre,
Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos. m
Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios,
sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre... ...Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias:
que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.
Así, pues, los que fueron enviados descendieron a Antioquía, y reuniendo a la congregación, entregaron la carta.»

Acá el apóstol Santiago declara el resultado de que el llamamiento de los gentiles a ser parte de la iglesia de Dios se halla en armonía con las promesas hechas a Israel, y están vigentes hoy en día.
Abrogado y cumplido todo lo concerniente a expiación de culpa por delitos: errores, transgresiones, ofensas y todo pecado de nuestra parte, que hemos hecho y hacemos a Dios… De ahí que la escritura dice… «Mas si vosotros os engrandeciereis contra mí, Y adujereis contra mí mi oprobio…» - Job 19:5.
El sacrificio del calvario no fue un pago parcial (apostasía de otras añadiduras a las Escrituras, cambios, etc.). Fue un pago COMPLETO y PERFECTO, obteniendo una remisión completa, perfecta y satisfactoria de todas las deudas de todos los creyentes que han vivido, viven y que vivirán hasta el fin de los tiempos.


El día que Cristo fue crucificado (pagó con su vida la redención del hombre) no puso ni un solo céntimo en manos del hombre para que este pudiese completar el pago (obras), como una satisfacción a Dios. El conjunto de las demandas exigía la muerte del ofensor (el pecador no arrepentido). ¡El ofensor (el hombre pecador) debía pagar con su vida! Entonces, en favor del hombre y por la gracia infinita de ese Dios de amor, en ese mismo lugar establecido por Él para que se pagasen las ofensas del pecado, debía sobrellevar (decidió que cargara) ese sacrificio de sangre alguien que NO tuviese pecado: el Señor Jesucristo, el Gran Sumo Sacerdote.… ¡Este fue el precio del rescate! («Y HABLO Jehová á Moisés, diciendo: Habla á los hijos de Israel, y diles: Cuando alguno hiciere especial voto á Jehová, según la estimación de las personas que se hayan de redimir, así será tu estimación» Levítico 27:1-2).
¿Cómo interpretan los hombres estas magnánimas palabras respecto de la redención, es decir, del precio exigido para nuestras personas (nosotros, los seres humanos)? ¿Se podría haber pensado que fuera algo maravilloso si quizá Cristo hubiese pagado a plazos (este es el credo católico romano de la misa), es decir, algo del precio ahora y lo restante luego (credo de los Adventistas del 7º Día)… digamos, en cómodas cuotas (credo de los pentecostales y carismáticos), para ejecutarse a través de los años?
NO, esto no es así. Nuestro Salvador una única vez entregó su vida, su sangre, en sacrificio vivo. Una vez que la cuenta se hizo y se fijó el precio, Él dijo… «Consumado es» (Juan 19:30)… Sin dejar más nada por llevar a cabo, ni de su parte ni, claro está, de nuestra parte.
Es realmente una necedad llegar a pensar que el Señor Jesús pagó en cuotas nuestro rescate, o que realizó un pago parcial, y luego declarar que va a venir de nuevo (Jesús), pero para obedecer otra vez aquí en la tierra… ¿y morir de nuevo?… ¿Qué, otro calvario?... No, no… ¡Él clavó en la cruz el precio exigido y dio el recibo en la misma cruz, a su Padre (ver mensaje los Ritos), una sola vez y para siempre!
Entonces… Aquellos que tratan de completar o de repetir una obra ya acabada, insultan al autor de tal obra y le hacen inútil para ellos mismos, es decir, suponen estos -y hacen suponer- que Jesucristo por sí solo no puede salvarlos y darles vida eterna, si no es con la intervención del hombre («He aquí yo Pablo os digo, que si os circuncidareis, Cristo no os aprovechará nada. Y otra vez vuelvo á protestar á todo hombre que se circuncidare, que está obligado á hacer toda la ley. Vacíos sois de Cristo los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído» Gálatas 5: 2-4).
Fin primera parte… Continuará

Devocional elaborado y escrito por el pastor Ricardo Iribarrhen

(Biblia consultada: Reina Valera 1909  - Versículos en forma textual)

Modificado por última vez enViernes, 23 Febrero 2024 14:57

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