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La Segunda Venida De Cristo

La Segunda Venida De Cristo

Primera parte

La segunda venida de Cristo — o, bíblicamente hablando, El Advenimiento de Cristo por los suyos: «A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron» (Juan 1.11).


Dos textos me llaman su atención, y deseo compartirlo con ustedes, mis hermanos en la común fe. No pretendo ser un exegeta; sin embargo, creo firmemente que es un aporte más, el cual nos ofrecerá traer más claridad sobre el primer Evento más importante, luego de lo narrado en el libro de los Hechos 1.9-11: «Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado; y una nube le recibió y le quitó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él iba, he aquí dos varones se pusieron junto a ellos en vestidos blancos; los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús que ha sido tomado desde vosotros arriba en el cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo». El otro texto —aunque hay más—, está en la Segunda Epístola a los Tesalonicenses 2. 3-7: «No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, oponiéndose, y levantándose contra todo lo que se llama Dios, o divinidad; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose parecer Dios. ¿No os acordáis que cuando estaba con vosotros, os decía esto? Y vosotros sabéis qué es lo que lo impide ahora, para que a su tiempo se manifieste. Porque ya está obrando el misterio de iniquidad, solamente que el que ahora domina, dominará hasta que sea quitado…». ¡Es fascinante!

Lectura bíblica: Evangelio de Mateo 24

Tema: El Advenimiento de Cristo en favor de buscar a los suyos - "la Iglesia gloriosa de Cristo" — la que ganó con su propia sangre.

Sub-Tema: Signos precursores

Es necesario siempre insistir, hermanos y hermanas, respecto del segundo advenimiento del Señor Jesucristo: a saber, que debemos evocarlo, claro está, como motivo alentador; pero también como motivo de exhortación, es decir, de no descuidar este tiempo (hoy) que nos es dado vivir por nuestro Padre Celestial: tiempo que nos halla colocados, ciertamente, en un escenario profético. ¡Jamás imaginamos que nos fuese permitido observarlo con nuestros propios ojos!
También hemos sido colocados como testigos vivientes, con el objeto de hacer trascender lo significativo de tales acontecimientos, confirmando que tales sucesos fueron declarados antes de nuestro nacimiento por los profetas de la Anterior Alianza, el Señor Jesús y sus apóstoles — lo que es conocido también como: La Nueva Alianza o Pacto (o como Nuevo Testamento).
Es bien cierto que con denodada expectativa sobre una bonanza de recursos expositivos de la Palabra de Dios han hecho que en nosotros se despierte el fuertísimo (adjetivo superlativo) deseo de saber más; como también que, debido a ello, nuestra confianza aumenta según el empeño, claro está, que pongamos en toda situación que se enmarca nuestra Fe.

A la pregunta: ¿Cuándo sucederá?… En realidad, no puedo contestarla sin antes poner en evidencia de que hay Signos Precursores que están anunciados pragmáticamente en las Escrituras. Estos se encuentran activos. No hay manera o forma de cambiarlos; quizá sí de demorarlos por algún tiempo — esto sucede cuando Dios lo permite, porque tiene interés en ello.

Les quiero presentar dos ejemplos de ello. ¿Saben?, es muy interesante poder extraer enseñanza, ya que la podemos aplicar en casos de que vayan de acuerdo al curso de acción que Dios haya designado de antemano, como pasó con Abraham y la ciudad de pecado: Sodoma — el primer ejemplo a presentarles. Les invito a leer a ustedes mismos el libro de Génesis, capítulo 18, versículos 1 a 5, 16 a 18, 20 a 22, 23 a 33.

¿Qué es lo que notamos en estos relatos?… pues que se halla allí un signo precursor; a saber: Dios escuchó a un hombre como Abraham y actuó en consecuencia. El beneficio de la intercesión agradó a Dios y estuvo de acuerdo con ello.
Su sobrino Lot y su familia vivían (Pretérito Imperfecto) en Sodoma. Génesis 19. 15-25 narra sobre la estada de vida de Lot en Sodoma; la cual ciudad, en esta circunstancia, sin recursos de perdón, estaba sentenciada a ser destruida. No obstante, merced a la intercesión de Abraham, Dios trajo alivio, al menos para Lot, a quien le abrió la oportunidad de escapar de Sodoma con su familia rumbo a Zoar (una ciudad de los moabitas, según la Biblia Griega Septuaginta).

El segundo ejemplo de Signo Precursor que quiero presentarles lo encontramos en el libro de Josué 10.12-14, cuando Dios atendió a la voz de un hombre y detuvo el universo. ¡Todo el cosmos quedó quieto! El sol no giró sobre su órbita, ni la luna; los cometas detuvieron su errante andar en los cielos, pendientes de la resolución tomada por Dios solicitada por Josué. ¡No hubo otro día como ese, ni lo habrá!

El espíritu que anima a nuestro carácter y a nuestra actitud está centrado en el reclamo que nuestro divino Señor declarare. En Mateo 24.36 leemos: «Pero del día y hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino mi Padre solo». Es saludable para nosotros estar alertas.
Las gentes en el tiempo de Cristo se hallaban bajo un estado de consternación.


Jesús dijo que Su retorno estará marcado por el signo precursor: «Mas como los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre. Porque como eran en los días antes del diluvio, estaban comiendo y bebiendo, tomando mujeres los maridos y dándolas los padres, hasta el día que Noé entró en el arca, y no conocieron hasta que vino el diluvio y tomó a todos, así será también la venida del Hijo del hombre» (Mateo 24:37-39). Y no entendieron… hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos (a la muerte)… Y así será también en la segunda venida del Hijo del hombre.
Esas personas  «no entendieron». Significa que no sospechaban nada, aun cuando Noé les advirtió durante 120 años que eso ocurriría.
Amigos, el hombre pierde mucho tiempo tratando de encontrar los medios con los mecanismos que supone adecuados para “controlar” el mundo. Crea relojes, almanaques; intenta —con su capacidad—  establecer ciencia y su adecuada tecnología, sin darse cuenta que desde el cielo es observado (por Dios) en todo lo que hace. Dice en el Salmo 2.4: «El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos».
Para su propio pesar, el hombre avanza —desafortunadamente para él— hacia atrás, recortando el tiempo de su existencia, debido a que su forma de vivir lo lleva a un constante desafío hacia Dios y el rechazo de Su palabra. Más aún, prefiere seguir el consejo de los espíritus malignos que lo arrastran hacia el precipicio de la ignorancia y la superstición, y a una estremecedora letalidad. Nótese que la Biblia dice, en Mateo 16.13: «Y a la mañana: Hoy tempestad; porque tiene arreboles el cielo triste. Hipócritas, que sabéis tomar decisiones basadas en la faz del cielo; ¿y en las señales de los tiempos no podéis?».
Esto nos lleva a otra pregunta: ¿qué parte de la vida tienen bajo control aquellos que no esperan el retorno de Cristo?… Creo que ninguna. Hay muchos soñadores de ideas que son solo eso: idealistas (reflexionemos en 2 Pedro 2:5: «… y si no perdonó al mundo viejo, mas guardó a Noé, predicador de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de malvados»).


Hasta aquí la primera parte... Continuará.

Dios les bendiga a todos ustedes muy ricamente. Pastor Ricardo Iribarren.



Devocional elaborado y escrito por el pastor Ricardo Iribarren

—Biblia consultada: Sagradas Escrituras (1569)  - Versículos en forma textual—

Modificado por última vez enViernes, 23 Febrero 2024 15:10

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