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El Secreto Del Triunfo

El Secreto Del Triunfo

Relato histórico: 1249 A.C. (aproximadamente)
Situación religiosa del relato del texto sagrado en tiempos de apostasía: desanimo, tristeza, resignación… devienen en crisis.
Prueba espiritual para Gedeón  y el pueblo de Israel
Propósito específico: El de inspirar a los hermanos a esforzarse en desarrollar en sus respectivas vidas las cualidades y las actitudes que les permitirán -a cada uno- ser usados por Dios para la conquista de la patria: para la fe del Señor Jesús.


Proposición:
En la sonada victoria de Gedeón y sus trescientos soldados sobre las innumerables huestes de Mediam, encontramos el secreto que puede darnos el triunfo: en nosotros primeramente, para conquistar nuestras vidas para el Señor; y de este modo, con la fortaleza, sabiduría y la gracia de nuestro Dios, ir luego en asistencia de los demás (el mundo).
Oración de transición: ¿en qué, pues, consiste el secreto del triunfo?
I. El secreto del triunfo consiste, ante todo, en el carácter personal de los que luchan
    A- Es menester ser humildes.
         Proverbios 22.4: “Riquezas, y honra, y vida, son la remuneración de la humildad y del temor del SEÑOR”.
         Isaías 57:15: “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita en eternidad, y cuyo nombre es El Santo, que tengo por morada la altura y la santidad; y con el quebrantado y abatido de espíritu habito, para hacer vivir el espíritu de los abatidos, y para hacer vivir el corazón de los quebrantados”.
        Santiago 4.10: “Humillaos delante de la presencia del Señor, y él os ensalzará”.
    B- Es menester ser valientes (Vers. 2).
        Un ejército grande hubiera podido suscitar una medida de confianza propia. Hoy, Dios, queridos hermanos y hermanas, desea enseñarnos a nosotros, su pueblo, la necesidad de confiar en él.
    C- Es menester estar totalmente dedicados a la tarea.
        1 Corintios 1.29 dice: “… para que ninguna carne se jacte en su presencia”.
        Veamos esto detenidamente.
       a) (Vers. 3). La primera etapa es reducir el tamaño del ejército. Se permitió a cada individuo que se fuera por su propia voluntad. Alrededor de las dos terceras partes se fueron. Pero aún habían quedado demasiados hombres para los propósitos de Dios (ejemplo de repartir Profecías  Bíblicas en Morón).
      b) (Vers. 4). Otra división tuvo lugar en las aguas, donde los hombres utilizaron dos métodos para poder beber. Pongamos atención a esto... Los que se arrodillaron para beber fueron despedidos. ¿Pero qué del resto? (Vers. 5) Fueron guardados en el ejército de Gedeón (Vers. 6): a saber, los que se tendieron derechos en tierra para lamer, estaban así preparados para un ataque repentino. ¿Pero saben por qué fueron escogidos estos 300?; pues aquí no había Josueses, ni Otonieles, ni Aodes, ni Samgares, ni Déboras, ni Baraces, ni Calebces, ni Eliazares. ¿Quiénes fueron, entonces, aquellos 300?... ¡Eran los más cobardes que había en el ejército: pues estaban temerosos de beber de la manera acostumbrada en presencia próxima del enemigo!
    Dios hizo según esta perspectiva, y mostró su gracia utilizando a los peores hombres del ejército para derrotar a Mediam, y a los amalecitas, y a los hijos del oriente. ¡Cuidado! Aquí no hay juicio moral respecto de la selección que hizo Dios… Pero Él realizó esto para mostrar Su gracia.
      c) Aun Gedeón tuvo que cobrar ánimo y confianza en Dios; y ser un verdadero adorador, y desarrollar su fe (Vers. 11 a 15), y ser de buen ejemplo (Leemos el versículo 17: “Y les dijo: Miradme a mí, y haced como yo hiciere” [Ver Juan 13: 13-14… el deber de servir humildemente y con valentía]).
II. El secreto del triunfo consiste también en las armas que se esgrimen
    1. Hay que dar un testimonio verbal (sugerido por el sonido estentóreo de las bocinas [ejemplo de las bocinas aéreas en la Segunda Guerra Mundial]) de uno mismo, de la doctrina verdadera y de la separación. Este testimonio verbal debiera ser de victoria (Salmo 98. 6: “Con trompetas y sonido de shofar, jubilad delante del SEÑOR el rey”; Jeremías 4. 5: “Denunciad en Judá, y haced oír en Jerusalén, y decid: Sonad trompeta en la tierra. Pregonad, juntad, y decid: Reuníos, y entrémonos en las ciudades fuertes”).
    2. Hay que respaldar el testimonio verbal con un ejemplo luminoso (sugerido por las teas que ardían dentro de los cántaros de barro).
Job 29:3: “… cuando hacía resplandecer su candela sobre mi cabeza, a la luz de la cual yo caminaba en la oscuridad”.
Salmo 43.3: “Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; me conducirán al monte de tu santidad, y a tus tabernáculos”.
1 Juan. 1-5: “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos mirado bien , y nuestras manos han tocado de la Palabra de vida; (porque la vida es manifestada; y también lo vimos, y testificamos, y os mostramos aquella la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y nos ha aparecido); lo que hemos visto y oído, esto os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y que nuestra comunión sea con el Padre, y con su Hijo Jesús, el Cristo. Y estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido. Y esta es la Promesa que oímos de él, y os la anunciamos: Que Dios es luz, y en él no hay tinieblas”.
Luz prometida: al obediente (Job 22. 28; Salmo 97.11); al recto (Salmo 112. 4); al justo (Proverbios 4. 18); al benevolente (Isaías 58. 8); a la iglesia del futuro (Isaías 60. 20); a los seguidores de Cristo (Juan 8. 12; 1 Juan 2. 10).
III. El secreto del triunfo consiste finalmente en la táctica que se sigue en la lucha
    1. Hay que mantener la vista clavada en el jefe (Hebreos 12. 2: “… puestos los ojos en el Autor y Consumador de la fe, Jesús, el cual, habiéndole sido propuesto gozo, sufrió el madero, menospreciando la vergüenza, y fue sentado a la diestra de Dios”.
       a) El ejemplo de Cristo: discipulado; su buen ejemplo; su fe…
Josué  5. 14… “Y él respondió: No; mas yo soy el Príncipe del ejército del SEÑOR; ahora he venido. Entonces Josué postrándose sobre su rostro en tierra le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?
       b- El ejemplo de sus ángeles…
Salmo 148. 2: “Alabadle, vosotros todos sus ángeles; alabadle, vosotros todos sus ejércitos”.
Joel 2. 11: “Y el SEÑOR dará su voz delante de su ejército; porque muchos son sus reales y fuertes, que ponen en efecto su palabra; porque grande es el día del SEÑOR, y muy terrible; ¿y quién lo podrá sufrir?
Apocalipsis 19.13-14: “… y estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es llamado LA PALABRA DE DIOS. Y los ejércitos que están en el cielo le seguían en caballos blancos, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio” [ejemplo del General San Martín cuando su ejército cruzó el paso de Uspallata].
2 Crónica 13. 12: “Y he aquí Dios está con nosotros por capitán, y sus sacerdotes con las trompetas del júbilo para que suenen contra vosotros. Oh hijos de Israel, no peleéis contra el SEÑOR Dios de vuestros padres, porque no os sucederá bien”.
    2. Cada uno tiene que ocupar el sitio que el jefe le asigne
Éxodo 18. 25: “Y escogió Moisés varones de virtud de todo Israel, y los puso por cabezas sobre el pueblo, príncipes sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez”.
1 Timoteo 4. 15: “En estas cosas ocúpate con cuidado , en éstas está todo ; de manera que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos” (progreso espiritual – meditación – consagración [Ver Tito 3. 8; Efesios 4. 11]).
    3. Es necesario estar dispuesto al sacrificio personal para adelantar los intereses de la causa que seguimos (sugerido por la acción de romper los cántaros para dejar que se viera la luz (2 Corintios 4. 7: “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la alteza sea de la virtud de Dios, y no de nosotros”).
    Debilidad humana
    Dependencia de Dios
    El poder de Dios – Mortalidad (vemos en 4. 16 de 2 Corintios: “Por tanto, no faltamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior sin embargo se renueva de día en día”.
Resumen:
    Por lo que hemos presentado aquí, todos hoy podemos comprobar que aquel mandato de Cristo está en vigencia aún para todos, no para unos pocos. Hablar de compromiso cristiano para imitar lo hecho por Gedeón y sus compañeros nos pone en perspectiva  de cuán serio es esto. No debemos ni podemos permitir que el diablo y sus demonios nos ganen la batalla; porque el ámbito de trabajo y batalla aquí en la tierra es de la Iglesia de nuestro gran Dios, el Padre, y del Señor Jesucristo, su Hijo amado, quien la ganó (compró) con su propia sangre ─ y no de otra manera o forma de imaginación humana. Debemos estar siempre preparados (como los bomberos cuando deben acudir a combatir un incendio: preparados antes, durante y después), listos para salir en socorro de los que están perdidos, o extraviados… de los creyentes que están caídos y no tienen quién los levante. ¿De dónde sacaremos agua, para calmar la sed de tantos?... La obtendremos de la confianza y seguridad que tenemos en Dios, de Su poder y Su palabra (confianza). Porque los recursos son: la decisión correcta más la  perseverancia; y estos nos llevarán a conseguir los buenos resultados de lo que nos hemos propuesto hacer, a saber, beneficiar a muchos, incluidos nosotros mismos, y llevarle honra, majestad y gloria a nuestro Señor Jesucristo, nuestro único y suficiente Salvador.
Llamado:
    Llamo a todos los que hoy están en este lugar (templo); también llamo a los que están oyendo este mensaje por la radio, y también a todos los que lo lean cuando se escriba para la web de la radio y se añada. También llamo a aquellos que lo estarán  leyendo en un boletín o pregón bíblico… ¡Súmense a tomar la decisión de comprometerse (no estoy llamando a un desafío, porque esto es un compromiso), de alistarse en las filas de Cristo! El Señor es quien, como Cabeza y Jefe de Su iglesia, nos está aguardando. No demoremos en hacerlo. Recordemos: “… y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del siglo”, dice Su Palabra en Mateo 28. 20.
Oración:
    Señor Dios, hoy te ruego que aclares nuestras mentes con el propósito de tomar decisiones correctas y así poder hacer tu voluntad. El ejemplo de Gedeón y de esos 300 escogidos que tú llamaste del pueblo de Israel, en los cuales pusiste tu confianza e hiciste fuertes sus convicciones para luchar por la libertad, hazlo también en nosotros; porque somos pocos edificadores y el escombro es mucho. Señor, la obediencia a tus principios son esenciales; tu asistencia es muy necesaria; tu compañía alentadora. Señor, tú estás al mando de las huestes. Oramos en tu nombre, Señor. Amén.



Mensaje elaborado y escrito por el pastor Ricardo Iribarrhen

(Biblia consultada: Sagradas Escrituras (1569)  - Versículos en forma textual)

Fecha: 14.04.2022

Modificado por última vez enMartes, 31 Mayo 2022 17:44
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