¿Existen Crisis De Tinieblas?
- Escrito por Pastor Ricardo J. Iribarren
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Tema Serie “Crisis”. Tercer mensaje de la Serie:
Hay numerosas formas de poder comprender que son crisis de tinieblas. Creo yo, que estas crisis de tinieblas poseen una consternante sensación de saber que se puede utilizar los medios ofrecidos por la gracia de Dios ante ellas, pero que, sin embargo, no resulta eficaz a la hora de saber cómo utilizarlos por parte de los cristianos.
Una gran mayoría de ellos, hombres y mujeres, parecieran desconocer realmente que Dios es un Dios Todopoderoso. Para lograr esa eficacia debe estar acompañada por la fe (Hebreos 11.1,6).
Las situaciones en las que se involucran los cristianos, por ejemplo, para ofrecer ayuda a los oprimidos por el diablo, pueden ser desconcertantes durante el proceso eficaz del trabajo de liberación. Veamos esto así: misioneros, pastores, evangelistas, ancianos y aquello que se manifieste como don operacional dado por el Espíritu a la iglesia, son en realidad guardas espirituales (Leemos en Isaías 62.6… “Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáís de Jehová no reposéis”. Leemos también en Hechos 20.28… “Por tanto, mirad por vosotros mismos, y por todo el rebaño en que el espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre”.) para alcanzar todos los beneficios y resultados que ayuden a los creyentes a enfrentar crisis de tinieblas.
Existen vectores espirituales, como los paradigmas de "presencias", que deben ser examinados cuidadosamente. Emil Kremmer, en su libro "Los Ojos Abiertos a la Astucia de Satanás", da cuenta de aquellas situaciones que deben enfrentarse debidamente con el correcto uso de la Palabra de Dios. También el pastor Kurt Koch, en su libro Cura de Almas, atestigua de ello.
En cierta ocasión David escribió: “Palabras de iniquidades me sobrepujaron” - Salmo 65.3a [ver mensaje La Tentación, Anexo II]. Las crisis espirituales que afectaron a este noble hombre le obligaron a un mayor esfuerzo de lucha espiritual, para mantenerse alejados de ellas.
El factor "Seducción", unido al deseo carnal, puede arruinar una vida consagrada a Dios, como bien lo expresa el autor de los Proverbios: "EL vino es escarnecedor, la cerveza alborotadora; Y cualquiera que por ello errare (por esas crisis de tinieblas), no será sabio” - Proverbios 20.1. Y en Proverbios 23.31-33… “No mires al vino cuando rojea, Cuando resplandece su color en el vaso: Entrase suavemente (como un deleite); Mas al fin como serpiente morderá, Y como basilisco dará dolor: Tus ojos mirarán las extrañas (presencias), Y tu corazón hablará (por las presencias de tinieblas que toman el control) perversidades”.
Debido a la falta de separación con el mundo, en el que muchos creyentes hacen caso omiso de las advertencias que se hallan en la Palabra de Dios, encontramos otro vector espiritual identificado, el cual arrastra también hacia las crisis de tinieblas: se trata de la reincidencia, la cual es carente de Devoción (“Sino que se volvieron, y se rebelaron como sus padres: Volviéronse como arco engañoso” - Salmo 78.57. Y así dice Oseas en su libro, en 13.3… “Por tanto serán como la niebla de la mañana, y como el rocío de la madrugada que se pasa; como el tamo que la tempestad arroja de la era, y como el humo que de la chimenea sale”. Y en el Evangelio de San Lucas, en 8.13, leemos: “Los de la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero estos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan”. La tragedia que podría desencadenarse a causa de esa presencia engañosa es ser arrastrados, en su deserción, y conducidos hacia la apostasía. Leemos: “Desde esto, muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él” - Juan 6.66 (ver mensaje El Cristiano En El Mundo).
Otro segmento a tener muy en cuenta: Idolatría. He visto que muchos cristianos tropiezan con la idolatría, la cual arrastra también hacia crisis de tinieblas. Este vector tiene la capacidad de ejercer una grande y poderosa influencia y dominio, y es cuando se le da la oportunidad de profesarlo, impidiendo al Espíritu de Dios hacer eficazmente la obra de renovación espiritual en el creyente (hombre o mujer, indistintamente). Leemos: “Y enojóse Jehová contra Salomón, por cuanto estaba su corazón desviado de Jehová Dios de Israel, que le había aparecido dos veces, Y le había mandado acerca de esto (las presencias de tinieblas ejercieron su dominio sobre la mente y el corazón de Salomón, afectándolo gravemente), que no siguiese dioses ajenos: mas él no guardó lo que le mandó Jehová” - 1 Reyes 11.9-10.
La idolatría, un pecado abominable, rechazado por Dios y condenado en las Sagradas Escrituras, causante de muchos males de opresión en la psiquis del hombre (varón y hembra), es también una práctica corriente que arrastra hacia las crisis de tinieblas, en donde la presencia de espíritus de demonios ejercen todo su estercolero poder. Se la puede identificar claramente en fundamentos tales como el amor a las riquezas (“Porque el amor del dinero es la raíz de todos los males: el cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” - Efesios 6.10) y todo el esfuerzo que demande del hombre (varón y hembra) poder obtenerlas — utilizando incluso recursos bajos, como el poder, la traición, la mentira, o cualquier otra artimaña para tal fin. Leemos: “Y Pilato les respondió, diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los Judíos? Porque conocía que por envidia le habían entregado los príncipes de los sacerdotes. Y ellos volvieron á dar voces: Crucifícale” - Marcos 15. 9-10,13. La codicia de poseer bienes, en las Escrituras también es mostrada como idolatría. Tenemos un ejemplo muy triste en 1 Reyes 21, a saber, la idolatría de la fornicación y el adulterio. Dice Oseas 4.11… “fornicación, vino y mosto quitan el juicio”. Y 1 Corintios 6.13… “Mas el cuerpo no es para la fornicación”. También las mujeres codician hombres y lo que poseen. Leemos: “Mas tengo unas pocas cosas contra ti: porque permites aquella mujer Jezabel (que se dice profetisa) enseñar, y engañar á mis siervos, á fornicar, y á comer cosas ofrecidas á los ídolos” – Apocalipsis 2.20. Idolatría hacia el conocimiento. Leemos: “Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra” - Génesis 11.4. Idolatría por la destrucción. Leemos: ”Y FUÉ que como oyó Sanballat que nosotros edificábamos el muro, encolerizóse y enojóse en gran manera, é hizo escarnio de los Judíos” - Nehemías 4.1.
Y la lista sigue enumerando… Idolatría hacia la familia; Idolatría hacia todo aquello que puede apartar el corazón del creyente del Dios verdadero… y más aún.
Pero existe un error terrible, el cual lo vivió Israel en el exilio, y también se observa en la Iglesia cristiana actual. Veamos: muchos creyentes creen en el Dios único y verdadero, pero haciendo —entiéndase bien— idolatría de él. Leemos: “Y vino uno de los sacerdotes que habían trasportado de Samaria, y habitó en Beth-el, y enseñóles cómo habían de temer á Jehová. Mas cada nación se hizo sus dioses, y pusiéronlos en los templos de los altos que habían hecho los de Samaria; cada nación en su ciudad donde habitaba. Los de Babilonia hicieron á Succoth-benoth, y los de Cutha hicieron á Nergal, y los de Hamath hicieron á Asima; Los Heveos hicieron á Nibhaz y á Tharthac; y los de Sepharvaim quemaban sus hijos al fuego á Adra-melech y á Anamelech, dioses de Sepharvaim. Y temían á Jehová; é hicieron del pueblo bajo sacerdotes de los altos, quienes sacrificaban para ellos en los templos de los altos. Temían á Jehová, y honraban á sus dioses, según la costumbre de las gentes de donde habían sido trasladados. Hasta hoy hacen como primero; que ni temen á Jehová, ni guardan sus estatutos, ni sus ordenanzas, ni hacen según la ley y los mandamientos que prescribió Jehová á los hijos de Jacob, al cual puso el nombre de Israel; Con los cuales había Jehová hecho pacto, y les mandó, diciendo: No temeréis á otros dioses, ni los adoraréis, ni les serviréis, ni les sacrificaréis: Mas á Jehová, que os sacó de tierra de Egipto con grande poder y brazo extendido, á éste temeréis, y á éste adoraréis, y á éste haréis sacrificio” - 2 Reyes 17. 28-36 (ver 1 Crónicas 16.29).
Devocional elaborado y escrito por el pastor Ricardo Iribarrhen
(Biblia consultada: Reina Valera 1909 - Versículos en forma textual)