Mis Ojos Verán Al Rey En Su Hermosura
- Escrito por Pastor Ricardo J. Iribarren
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«Mis ojos verán al Rey en su hermosura»
Isaías 33. 17
Introducción:
Este es un llamado para los que habitan lejos, como también para los que habitan cerca de Jerusalén; para los que vivieron en el pasado en estas tierras, como así también para los que lo hacen en el tiempo presente, y para aquellos que nos precederán más adelante. Para los que viven cerca de Jerusalén: Los pecadores se asombraron; a los hipócritas les sobrecogió el temor. Pero también a los que viven lejos de Jerusalén: conoceremos el poder del Señor, porque es fuego consumidor. ¿Quién habitará con las llamas eternas? (versículo 14), pregunta el profeta... Y se concede la respuesta (versículo 15): Habitará el que hace justicia y habla la verdad, que aborrece el pecado y se aparta de él. Éste morara en la Jerusalén Celestial. Será levantado y habitará seguro. Se le dará de comer pan de noble (mana), y el agua de vida («El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su vientre» Juan 7.38) calmará su sed… ¡Podré verle cara a cara al Señor y Rey en la hermosura de la santidad, y veré la tierra que está lejos!... Pero también la promesa es para ti, creyente en Jesucristo.
Sorpresa ha de ser para mí, que supuse mientras vivía en la tierra que encontraría a muchos conocidos… «Pero a ellos nos los encontré allí porque hablaron lenguas extrañas» (véase versículo 19), dice el profeta. Miró a Israel y a Jerusalén y no oyó más ruidos de armas ni ejercicio de guerra, ni armas en ella, porque Jehová habitará con su pueblo.
Palabra que me enseña:
1) Es una promesa que se hace realidad dándome los beneficios correspondientes, si soy obediente y fiel.
2) Mi recompensa será ver al Señor en Su hermosura, Su santidad. ¡Es notoriamente conocido su poder por mí!
Dice en el Salmo 24: 7 y 9 respectivamente, que el Señor solamente podrá habitar y entrar por las puertas en las alturas eternas (Leemos: «Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria»). Esta sublime poesía es aplicada por el profeta Isaías y reconoce que aquel que se aparta del pecado, no consintiendo en practicarlo, habitará en el cielo en donde recibirá el alimento espiritual.
Me asombraré sobre esos creyentes que tenían una apariencia engañosa de piedad. El espanto los sobrecogerá cuando sean excluidos, echados de delante de la presencia del Rey y no puedan ver su hermosura. Ellos son los orgullosos que no quieren oír la verdad.
Aplicación:
1) Atender y oír; ejercitar los oídos espirituales; estar atento y alerta a la voz de Dios.
2) Pero si hago cosas malas a sabiendas, de que no me porto bien (ver mensaje ¿Me porto bien?), va a pasar lo peor. Recogeré las flores caídas por la sequía; mis labios se volverán amoratados y con mi garganta no podré buscar el socorro que se ofrece, porque habrá huido de mí para buscar auxilio, es decir, el perdón de Dios, y ya no podré apelar a su misericordia. Entonces me daré cuenta (me sobrecogerá el espanto. Versículo 14) que mi fin estará cercano; recogeré el pago de mi maldad. ¿Y por qué?... Porque ese hombre, o esa mujer; o ambos, dirán: conocí Su ley, sabiendo que en ella están Sus condiciones, de que había un límite, el cual no debí trasponer.
Es que en Su palabra está escrito que no está permitido (es denegado) este obrar en pos de mi andar como cristiano fiel y santo, si así deseo andar; siendo que mi estado espiritual se hallará abrumado por la necedad, endurecido; me puedo volver en un arrogante y orgulloso, en una condición de desprecio hacia mi Señor y mi prójimo… Pudiendo entonces comprobar, amargamente, que en mi vida tuve en poco el amor y la Santidad de Dios.
En toda la porción que leímos se nos dice (en realidad se nos manda) acerca de cómo debemos vivir, a fin de ser agradables al Señor. Nos muestra que toda mi porción de vida es Dios; que él es quien satisface mi espíritu. Su gozo es venido a mi corazón, ya que nuevas son entonces cada día sus misericordias. Buscaré mi refugio en ellas. Aunque tropiece o me vuelva torpe, sé que con todo ello Dios no me desampara, ni me dejará; y aun en los días malos o difíciles de vivir, él me guarda del mal; aun de aquellos que busquen dañarme y causar dolor. Es que solo Dios puede satisfacer al alma cansada, y esto nos lleva al siguiente paso:
3) El resultado de la paz con Dios como resultado del sacrificio de paz en Cristo: ¡tenemos entrada a la inescrutable providencia divina! (Vemos Juan 13.1 «ANTES de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que su hora había venido para que pasase de este mundo al Padre, como había amado á los suyos que estaban en el mundo, amólos hasta el fin»; Mateo 28.18 «Y llegando Jesús, les habló, diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra»; Filipenses 4.13 «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece». En nuestra comunión con Dios (como sucedió con el profeta Isaías) nos alimentamos con el afecto y poder de Jesucristo. En donde mora esta gracia; si mora en nosotros: ¡ella es la que nos impulsará hacia la santidad como adoradores de Dios!
Curso de acción:
Oportuno es que de esta reflexión sepamos sacar el mayor provecho posible para satisfacer las inquietudes de nuestra alma. Sabemos que Dios es un Juez justo de gran longanimidad. ¡A él recurramos siempre sin demora! Amén.
Oramos:
Señor, gracias te damos por tu palabra en este día, y por las promesas que nos distes en este día. Oh, profundo es tu amor para con nosotros. Esta enseñanza alivia toda aflicción, pena y dolor. Estamos prestos para guardar tu palabra en nuestro corazón. Tu palabra dice que la santidad conviene a tu casa, Señor. Gracias. Amén.
Dios nos guarde en Su santo amor. Pastor, Ricardo Iribarren.
(Mensaje predicado el 27.01.94 por el pastor)
Mensaje elaborado y escrito por el pastor Ricardo Iribarren
(Biblia consultada: Sagradas Escrituras (1569) - Versículos en forma textual)