La Señal De Dios
- Escrito por Pastor Ricardo J. Iribarren
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Palabra del día: Lectura, Isaías 7: 10-16 «Habló también Jehová a Acaz, diciendo:
Pide para ti señal de Jehová tu Dios, demandándola ya sea de abajo en lo profundo, o de arriba en lo alto.
Y respondió Acaz: No pediré, y no tentaré a Jehová.
Dijo entonces Isaías: Oíd ahora, casa de David. ¿Os es poco el ser molestos a los hombres, sino que también lo seáis a mi Dios?
Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.
Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno.
Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra de los dos reyes que tú temes será abandonada.»
Resumen:
Jehová habló a Acaz “Y habló más el SEÑOR a Acaz, diciendo: Pide para ti señal del SEÑOR tu Dios, demandándola en lo profundo, o arriba en lo alto.” (v.11). Acaz rehusó hacerlo: “Y respondió Acaz: No pediré, y no tentaré al SEÑOR.” (v. 12). Entonces Dios anuncia la gran señal, de que de una virgen de Israel nacería el Salvador «Dijo entonces Isaías: Oíd ahora, casa de David. ¿No os basta ser molestos a los hombres, sino que también lo seáis a mi Dios? Por tanto, el mismo Señor os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y Dará A LUZ UN hijo, y llamará su nombre Emmanuel.»
Palabra que me enseña:
La profecía bíblica no fue dirigida al rey Acaz. Éste era un incrédulo. La señal fue para toda la “Casa de David”. A través de los tiempos, Jehová dio siempre anuncios similares. Prometió al rey David que su trono sería eterno y que sus hijos gobernarían Israel, bajo pacto de sal, preservado para ellos y su posteridad «Y se levantó Abías sobre el monte de Zemaraim, que es en los montes de Efraín, y dijo: Oídme, Jeroboam y todo Israel. ¿No sabéis vosotros, que el SEÑOR Dios de Israel dio el reino a David sobre Israel para siempre, a él y a sus hijos en alianza de sal?» 2Crónicas 13:4-5.
El objetivo claro era que la señal y el pacto serían eternos y sin cambios. Toda la profecía bíblica en el Antiguo Testamento menciona cuantiosas veces las características —personales, morales, intelectuales y espirituales— del heredero de la casa de David, que es Jesucristo. Un ejemplo de ello puede apreciarse en el libro de Lucas 3:23,32,38 que dice:
"Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años, hijo, según se creía, de José, hijo de Elí,..."
"...hijo de David, hijo de Isaí, hijo de Obed, hijo de Booz, hijo de Salmón, hijo de Naasón,..."
"...hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios..."
Aplicación:
Hoy es fácil comprender las profecías bíblicas en su casi totalidad. El estudio sistemático y la fervorosa devoción en la oración, rogándole al Señor que nos dé sabiduría espiritual para conocer sus misterios escritos y no revelados a todos los cristianos, demanda por parte de Dios osadía y deseos espirituales hacia nosotros. Notemos, por ejemplo, cómo, a través de Colosenses 1:10, Dios me enseña que, siendo yo tenido por digno mediante el sacrificio expiatorio de Cristo, Él me considera apto para obtener la herencia de los santos en Luz «… para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, fructificando en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios».
En Lucas 11:52, los doctos tienen las llaves de la ciencia. A estos les fueron entregadas las llaves; pero no sintieron el deseo de “abrir” verdaderamente el misterio de la salvación y el conocimiento de Dios a los judíos del nuevo pacto: porque erraron en su vocación e interpretación de las Escrituras, debido a la práctica de su religión despojada de misericordia al prójimo (véase Juan 9: 24-34). De ahí el gran clamor de reprensión del Señor Jesús en este versículo del libro de Lucas, diciendo «¡Ay de vosotros, doctores de la ley! Que os tomasteis la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban impedisteis».
Y he aquí otra característica de la gran señal: que también la llave del reino de los cielos fue dada a la Iglesia del Señor Jesús «Y a ti [Simón, pedro] daré las llaves del Reino de los cielos; que todo lo que ligares en la tierra será ligado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.» Mateo 16: 19.
Y en Efesios 3:19 se nos dice: “… y conocer la caridad del Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.” Y esta es otra característica de la señal a la Casa de David, ya que de ella vendría el Salvador del mundo.
Lo notable es que cuando Jesús nació, las dos naciones, Siria y Samaria, a las cuales temía el rey Acaz, virtualmente desaparecieron de la faz de la tierra. Estas antiguas naciones habían perdido todo su peso político, espiritualmente interpretado (reflexione en 1Reyes, capítulo 12; Hechos, capítulo 8). Aunque aún desarrollan su potencial satánico, no obstante están detenidas por el Espíritu Santo «Porque ya está obrando el misterio de iniquidad, solamente que el que ahora domina, dominará hasta que sea quitado.» 2 Tesalonicenses 2:7.
Reflexión:
Debemos creer la profecía bíblica. ¡Su cumplimiento nos da el significado de conocer el poder de Dios en acción! ¡Amén!
Curso de acción:
¡Qué importante es prestar atención a las profecías bíblicas! Ustedes y yo estamos comprendidos dentro de ellas. No hay manera de contenerlas ni eludirlas. Y lo que es cierto e ineludible también, es que ustedes y yo tenemos la responsabilidad de interpretarlas correctamente «Entonces los hermanos, luego de noche, enviaron a Pablo y a Silas a Berea; los cuales habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. Y fueron éstos más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras, para ver si estas cosas eran así. Así que creyeron muchos de ellos…» Hechos 17: 10-12a). De esta manera agradaremos a Dios «Porque yo testifico a cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno disminuyere de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa Ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro.» Apocalipsis 22: 18-19. Amén. Pastor, Ricardo Iribarren.
Devocional elaborado y escrito por el pastor Ricardo Iribarren.
(Biblia consultada: Sagradas Escrituras (1569) - Versículos en forma textual)