Practicar La Verdad
- Escrito por Pastor Ricardo J. Iribarren
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Texto elegido, Salmo 19:7- 14. Texto clave, verso 8 "Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón;
El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos."
Pensamiento de la reflexión: Creo que la frase «Practicar la Verdad» es inherente a "Vivir en la Verdad con Jesús"; a lo cual, supondrá usted, seguramente, que no se debería sentir como una emoción de carácter superficial. Se expone delante de nosotros como un sentimiento profundo por excelencia; y no una mera definición de un concepto en donde la veleidad juega emocionalmente en nuestra conciencia, generando toda suerte de conflictos.
Vivir en la Verdad con Jesús, diremos que es la síntesis del precepto bíblico en la cual el Señor Jesús habló a una persona religiosa (Evangelio de Juan capítulo 3), expresándole Su buen deseo para él.
“Mas el que obra (practica) verdad, viene á la luz, para que sus obras sean manifestadas que son hechas en Dios” - Juan 3.21. ¡Practicar es obrar!
Leamos unas citas de la Sagradas Escrituras (la Biblia).
Esta cita que ya vimos… “Mas el que obra verdad, viene á la luz, para que sus obras sean manifestadas que son hechas en Dios” - Juan 3.21. RV 1909. ¡Qué Luz de maravilloso conocimiento!
Otra… “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón: Pruébame y reconoce mis pensamientos…” - Salmos 139.22. Estoy realmente impactado… ¡Este conocimiento me supera!
Y aquí otra… “Porque el mandamiento es antorcha y la enseñanza luz; y camino de vida las reprensiones de la enseñanza” - Proverbios 6:23. ¡Dios nos saca una radiografía!
Son tres aspectos. Tres aspectos que, aplicados a nuestro ser, si sabiamente y fielmente los empleamos, ¡serán cuál una canastilla llena de sabrosos manjares: en este caso espirituales! (Ver mensaje de Los Tres Aspectos).
“Pues que los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová, y él considera todas veredas” - Proverbios 5.21. Comparemos esto con Hebreos 4.13.
Aplicación:
Entonces, para conseguir aquellas cosas que se volverán perdurables y que no tendrán que sufrir la erosión del desgaste de vivir, volvemos nuevamente al texto de Juan 3.21, el cual es muy revelador y fascinante: ¡Todo se mueve alrededor de la Luz! En el salmo 19.8 dice… “Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón: El precepto de Jehová, puro, que alumbra los ojos”. Aquí notamos los tres aspectos.
En Juan 3.21 dice: “… el que obra verdad”, o sea, hacer trabajar la verdad. Tomemos el ejemplo de la preparación de un atleta, quien trabaja con la verdad en una cantidad de aspectos que luego lo llevarán al triunfo… Este debe trabajar su voluntad, la cual obrará en su mente, en lo espiritual, y en su autoestima: en cuanto a conseguir elevarse, en pos de lograr consistencia y armonía para aplicárselo a sí mismo como estímulo a su cuerpo físico y mental. De ahí que este atleta establece para sí mismo: dedicación, esfuerzo, tiempo; deberá sacrificar sus “pasatiempos” y/o cosas que considerará dejarlas atrás, es decir, sin interés de todo aquello que lo distraiga de su preparación atlética. Todo ello es trabajo que repercutirá para el éxito.
El atleta no derrocha su tiempo, sabe aprovecharlo. Cuando logra alcanzar su propósito, una meta, aunque el triunfo depende de muchos otros factores, lo importante para ese atleta será que, en definitiva, se halla en el desafío de la competencia. Si logra la anhelada precea, conseguirá el premio a su esfuerzo preparatorio, lo que le significará un bálsamo para su espíritu: ¡el cual hará que esa satisfacción que siente se convierta en un placer visible de vida! Entonces, ¡es esta la aplicación que me es conveniente observar!
Noto que Jesús, obviamente, sabe que hay nubes que se ciernen sobre la vida humana sojuzgada por el pecado, obscureciéndola; y que, indudablemente, estas nubes oscuras envolverán estas vidas con el “papel” espeso de la negrura de la noche. Sin embargo, ¡no existe ninguna nube sin su luz brillante! La intención del Señor en hacerle saber a Nicodemo que al otorgándole a su (de Nicodemo) sabiduría humana mayor conocimiento, la revelación de ese misterio espiritual, su fundamento, podrá satisfacerle en cuanto al conocimiento vivo, vital, de ese Cristo… En conocimiento de ese Cristo, quien es Sabiduría y Poder de Dios… El Único que tiene la autoridad y el poder para que el ser humano vivo pueda "nacer de nuevo", cuando se arrepienta de sus pecados… El auténtico amor del perdón que obra en reconciliación entre Dios y el hombre y la mujer.
Nicodemo fue sorprendido en sus convicciones, las cuales eran fuertes. Sin embargo, con humildad, instó al Salvador acerca de cómo era aquello de "nacer de nuevo"; de qué se trataba…
Cierto soldado insistía en hacer un viaje, probablemente sería fatal. Mas este respondió: “Para mí es necesario ir; mas para mí no es necesario el vivir”…
¡Esto es profundidad! Cuando tenemos una convicción semejante a esa decisión, es entonces cuando podemos realmente hacer algo. La naturaleza poco profunda en las convicciones vive de sus impulsos, intuiciones, instintos: sobre todo de la atmósfera que le rodea… Nunca de sus latidos.
El carácter profundo mira más allá de donde se encuentran esas cosas; se mueve firmemente. José de Arimatea - Mateo 27.57-60 - acrecentó su conocimiento. Se aferró a Jesucristo con esperanza. No vaciló ni se intimidó por las circunstancias que, seguramente, debería afrontar (como sí le sucedió al Apóstol Pedro. Véase Mateo 26.69-75). Nicodemo atravesó las tormentas y las negras nubes del temor, del miedo (ver mensaje: Mirando a través de Cristales Rotos), para luego descubrir la LUZ brillante de la esperanza: ¡la cual siempre se encuentra del otro lado y espera por el después!... Y la cual siempre trae consigo lo que es contrario a la aflicción, y a las derrotas aparentes y a los fracasos (ver mensaje: La Melancolía y El Antídoto De Dios).
¿Qué quiso comunicarle el Señor Jesús a Nicodemo? Leer, por favor, Juan 3.21 nuevamente. Dijo el Señor a Nicodemo, “¿Tú eres el maestro de Israel, y no sabes esto?” (acerca de nacer de nuevo)... (Juan 3.10). “Mas el que obra verdad, viene á la luz” (Juan 3. 21).
¿Quién puede describir la brillantez de la luz que se pasea por las montañas y baña sus cumbres, explora sus valles y se refleja en cada arroyuelo en un haz espléndido de colores que saborean la calidez del ambiente? ¿Y de las aves con sus alas extendidas: como los cóndores que se lanzan al vuelo desde los riscos nevados de los Andes, y se refleja su silueta en la luz en la que ciertamente puede notarse la estela de su vuelo en los fríos aires?
Probablemente, por la observación de casos similares a lo expresado arriba, es que el salmista haya exclamó… “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón: Pruébame y reconoce mis pensamientos…” (Salmos 139.23).
¿Desconocía Nicodemo lo dicho por el proverbista Salomón… “Porque el mandamiento es antorcha, y la enseñanza luz; Y camino de vida las reprensiones de la enseñanza…” (Proverbios 6.23)?
Ello evita la entrada a la práctica del mal, dando buenos pensamientos, aún aquellos que se muestran en los sueños.
Jesús trató a Nicodemo de manera cariñosa, con sumo afecto, ¡y con el respeto que su distinción merecía! La contundente respuesta del Señor a las necesidades del alma humana, expresan la integridad que, en sentido amplio, requiere la atención del corazón, del habla, de los ojos y de la conducta.
Los religiosos de su tiempo (de Nicodemo) no expresaban en verdad curiosidad por la actitud de Jesús en ofrecerles bienestar, sino más bien estaban inclinados hacia la iniquidad. El yerro o conducta deliberada hacia la hipocresía, en hacer lo malo, les mostraba y probaba a ellos su inseguridad de actos y palabras en detrimento propio; lo cual les aseguraba, ciertamente, un destino incierto en conocimiento y fracasada sabiduría humana, terrenal y diabólica.
¡Nicodemo pudo desligarse de todo ello!... Aunque se acercó a Jesús de noche, evitando que le vean sus amigos religiosos, ¡su curiosidad fue ampliamente recompensada cuando descubrió que Jesús era la Verdad de VIVIR! ¡Amén!
Llamado y Oración:
Amigo y amiga, si tú te hallas en una situación semejante como la de Nicodemo, en cuanto a la incertidumbre de saber si estás cabalmente viviendo la Verdad, y si quieres progresar en el conocimiento y ser enseñado en cuanto a ver la Luz de la Verdad, la única Verdad, te aconsejo que no pongas más dilación en este asunto. ¡Ven a Jesús ahora!… ¡Sí, ahora! Y dile que tú anhelas saber de ese Nuevo Nacimiento. Ten una conversación con el Señor Jesucristo; ¡él te está esperando: tal como lo hizo con Nicodemo! Si no sabes cómo hacerlo, si me permites, dile así, con tus palabras: Señor Jesús, yo me encuentro como Nicodemo: tengo experiencia religiosa, pero no he nacido ciertamente de Nuevo. Hoy quiero VIVIR en la Verdad, contigo, para siempre. ¡No dejarte jamás, Señor! Concédeme entrar en tu reino y ser parte de él. Fiel testigo tuyo quiero ser. ¡Qué la alegría llene mi corazón! ¡Y que tu LUZ, Señor, ilumine todo mi ser! Me arrepiento (ayúdame a hacerlo) de mis pecados. Dame tu perdón… Alivia mi carga… ¡Ayúdame, porque te necesito!… ¡Te amo con todo mi corazón, Señor! Oro en Tu nombre. Amén.
La Biblia anuncia, en el Evangelio de Juan capítulo 1:11-13… “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas á todos los que le recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, á los que creen en su nombre. Los cuales no son engendrados de sangre (por herencia), ni de voluntad de carne (leyes humanas), ni de voluntad de varón (descendencia), mas de Dios”.
Consigue una Biblia. Busca en ella la enseñanza, la cual recibirás con la asistencia del Espíritu Santo. Busca una Iglesia Bíblica, y ve ahí.
El Señor te bendiga y proteja en todo tu camino. Pastor, Ricardo Iribarren.
Devocional elaborado y escrito por el pastor Ricardo Iribarrhen
(Biblia consultada: Reina Valera 1909 - Versículos en forma textual)